
La verdad es que en cada ley que la asamblea unipartidista, o mejor dicho Chavista, aprueba, se convierte en un hervidero en la sociedad civil. La pregunta es ¿por qué? ¿Será que la oposición no quiere que avance el socialismo?. Se convierte en un hervidero precisamente porque hace rato que esta revolución excluyó a la sociedad civil, no la toma en cuenta y le sabe a casabe lo que piensa. Con esa actitud antidemocrática y tan característica de la Revolución Bonita, no se puede esperar que la gente -que es más o menos más de la mitad de este país- se quede sin manifestar lo que cree que no es correcto. Y más si se trata de la Ley de Educación (LOE).
Como siempre el gobierno socialista (que por estos tiempos se intenta decir que es quien tiene la razón) aplicando los métodos tradicionales, que le son propios a la tiranía, como son: la criminalización a quien difiera, la propagación de su verso con alto contenido de odio, la exclusión y la división de los venezolanos, volvió a convocar a sus mantenidos y sumisos afectos a acercarse a la Asamblea Nacional -que al parecer los Chavistas son los únicos que pueden llegar hasta allí- con el único fin de intimidar y sacar del foco de atención a la marcha opositora. Cosa que no logró y que más bien volvió a mostrar el rostro totalitario del régimen. Para ellos, los que no están de acuerdo con la Revolución simplemente no son venezolanos y no tiene el derecho de disentir. Dígame usted quién es el que excluye.
La mano invisible del tirano, tiene todos los medios que proporciona el Estado Venezolano -incluyendo muchos medios de comunicación- para ejercer coacción y sembrar el miedo. En ese sentido en nombre de la Revolución, los gobierneros se disponen a hacer todo lo que es necesario para anular las fuerzas democráticas que se oponen al abuso. Aunado al “gas del bueno” el titular, del M. PP para las Relaciones de Interior y Justicia planifica a demanda de su amo -que hace rato no es el Pueblo o nunca lo fue, sino Chavez-, como obstaculizar la marcha con sendos contingentes policiales y militares. Los mismos, por cierto deberían usarse para defender al pueblo de la delincuencia y del secuestro que padece la sociedad venezolana y no al presidente. Quizás lo que irrita más es su pretensión de sentar a los dos sectores encontrados (con camisa roja de indumentaria) en una mesa, intentar ser arbitro en un partido que sabemos que está vendido a una tendencia.
Para rematar la desfachatez de nuestra Fuerza Armada Política (FANB), en la marcha opositora contra la LOE tiene como corolario el discurso político del Cnel Benavides. Éste que no defiende a pueblo y quizás en la onda de quien le antecediera ya hace años, el Gral eructador Acosta Carles, sino a Chavez, de seguro recibirá su triste premio; comida para hoy y hambre para mañana. Lo más triste de todo lo manifiesta bien Víctor Maldonado en su respuesta a este Cnel: "Hay conductas que nos llenan de vergüenza, y ni siquiera nos permiten vernos al espejo para afeitarnos. Tal vez por eso los verdugos iban encapuchados a sus labores, y caminaban al cadalso pidiendo perdón a Dios y disculpas al ajusticiado. La máscara era más para protegerse ellos de sí mismos, que para evitar la identificación de los otros. El ser verdugo nunca ha sido una actividad que provoque orgullo. Siempre ha sido lo contrario, provoca pena". Ése es nuestro desdichado Cnel, un hombre que no le queda otra, que verse al espejo con PENA. Imagino que aún resuena en sus oídos las frases que a cada rato osaba de repetir, demostrando su lealtad al régimen: “Rodilla en tierra”.