martes, 14 de junio de 2011

Percepción y Realidad - Utilidad y Necesidad


En Defensa de Compradores y Consumidores II
Reanudando el trabajo del artículo pasado acerca de Lo subliminal, debo expresar mi agradecimiento a los amigos que dedican su valioso tiempo a leerme y con ello hacer que mejore cada día. La idea de mis escritos apunta a mostrar una perspectiva particular, tan valedera y respetable como cualquier otra. Esa es la razón de la interacción en comunicación. Hoy intentaré con este artículo responder a todas esas demandas.
A sabiendas, que hay consumidores que compran sin ningún tipo de criterio o información lo cual forma parte del cada quien, debo decir que prefiero colocarme de ese lado antes que ponerme cerca de quienes se hacen acreedores de superioridad moral y justa -que vociferan, como enviados por algo divino- para salvarnos del “supuesto engaño” de la publicidad. Dejo sobre el tapete, que es un hecho curioso de destacar, que muchos de ellos, son los que más se benefician del uso de las marcas “capitalistas” a las que tanto critican y que por contrasentido también desean. La mejor arma de los consumidores estriba en que tienen el derecho a gastarse el dinero como creen conveniente. Eso no tiene nada malo.
Percepción y Realidad
Lo que se Quiere o Desea, elemento clave para crear publicidad, es posible conseguirlo por muchas vías, que van desde las Prenociones hasta la Investigación de Mercados (I.M), sin embargo esta última es la que proporciona los datos más o menos fiables y digo más o menos, porque la I.M, no garantiza absolutamente, el conocimiento de las realidades y las pautas de comportamiento de forma exacta, solo garantiza percepciones en un momento dado en el tiempo y puede que las percepciones no sean realidad. Por ejemplo: podemos creer que la canción Roll Over Beethoven, la compuso George Harrison, un guitarrista de Los Beatles, pero no es cierto. Puede que menos gente sepa que es obra del Gran Chuck Berry . Ahora, el impacto que tienen Los Beatles como fenómeno en la Notoriedad de la canción es indiscutible. O ¿diría usted que son ignorantes quienes piensen que la canción pertenece a uno de los Beatles?. Otro ejemplo, es que muchas veces decimos que un determinado producto o servicio, es mejor que otro aun sin darnos la oportunidad de probar otros; constatar y “comparar”. Podemos creer que nuestro banco, en donde hacemos todas nuestras transacciones es el más sólido en cuanto a capital financiero y por ello además, pensemos que es el que tiene más dinero. Pero, resulta que con el solo hecho de revisar los datos del ente regulador o la superintencia de bancos constamos que no es cierto. ¿Qué es realidad y qué es percepción?. Y ¿cuántas veces una mayoría ha estado del lado equivocado?. ¿La realidad es percepción o la percepción es realidad?. Y, ¿A quién le corresponde vociferar y convencer a todos de lo que “No Es Cierto”?
Utilidad y Necesidad
La decisión de compra es un hecho en el que insisto en denominarle: una Elección Libre y Consciente que no es lograda matemática o forzosamente por artilugios publicitarios. Otra cosa es hablar del efecto de la Publicidad en el Top Of Mine de los consumidores, lo cual puede conseguirse con una fuerte inversión en publicidad, pero la discusión propuesta no se encuadra, porque estar en el Top of Mine, no es garantía única de venta. Lo que pasa es que el triunfalismo del argumento por el cual se cree en la publicidad como elemento de seducción maligna, pareciera que no se puede cuestionar, sin que por ello no se reciban críticas con dureza. Y es por ello que con la soledad que proporciona la incredulidad, acuño que el argumento de la seducción pierde validez, cuando los productos o servicios se adquieren por utilidad o por necesidad. Otro cantar es cuando nos referimos a marcas y éste no es el caso.
Compramos las cosas porque sirven para algo o porque las necesitamos. Aunque hayan personas que no compren por estos motivos, es la respuesta que asoma la punta del Iceberg. Ejemplos saltan a la vista: Las medicinas o los servicios fúnebres; ese café que sin tomarlo en la mañana no arranca el día, el cigarrillo, el repuesto del carro, esas birritas del fin de semana y el amplio etc. O más directo: me compro un celular porque necesito llamar; me compro un vehículo, porque necesito desplazarme, compro comida porque necesito comer, compro agua porque tengo sed. Y así...
Nuestros más férreos detractores absolutizan a todo el universo de los productos y servicios en tanto sean provenientes por obra y gracia de la empresa capitalista (olvidando que casi todos trabajamos en ellas), que no se consumen o se no se compran por su utilidad y necesidad sino, que su existencia se justifica por las “necesidades creadas”. Aquí ya es ideología y con ella no hay nada que hacer. Es así como escribir a mano, es mejor que hacerlo con una máquina de escribir, o que se prefiere escribir de ese modo antes que usar la computadora. Por un lado se niega el progreso humano y el elevamiento de la calidad de vida (gracias al egoísmo de la empresa) y por otro, menosprecian y catalogan de ignorantes a los compradores y consumidores. Es cierto que hay gente que compra Coca-Cola para apalear la sed, pero es sabido por todos que es el agua quien la quita. ¿Seducción o Elección?
Hasta aquí pareciera que no influye en modo alguno la Publicidad, solo el mero hecho de que nos informe sobre las ventajas y bondades de los productos y servicios: y sobre ello se erige Top of Mine y el Conocimiento de Marca, pero esto no explica de manera unidireccional las ventas de sus productos, ni la acumulación de la riqueza.
Hay otra razón valiosa que justifica la compra y es que, adquirimos productos y servicios porque queremos, de ello hablaremos el próximo artículo: La Marca y Éxito de la Publicidad.

2 comentarios:

  1. Saludos Dagoberto. Excelente escrito. La realidad la crea cada persona segùn su conveniencia y siempre intentando salvaguardar sus intereses. Pocos son los que dejan a un lado el tsunami publicitario y escojen por sí mismos, esto también da a entender que muchos apelan a la facilidad de pensamiento (que escojan otros por mí).

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