miércoles, 27 de abril de 2011

De esos Supuestos Efectos Perversos de la Publicidad: Lo Subliminal


En Defensa de Compradores y Consumidores IEl viernes pasado salía de una clase de Técnicas de Entrevista y sentí la misma inquietud que en mi anterior Maestría en clases de Comportamiento del Consumidor. Se trataba de ver unas imágenes en Blanco y Negro (como unas manchas) y la pregunta de nuestro profesor fue: ¿Qué ven allí? pasado unos minutos y al ver que no había respuesta, reformuló diciendo: ¿A quién ven allí?. Ya imaginando nosotros no el Qué ,sino a Quién, nuevamente preguntó: ¿No ven como una barba?. Enseguida se dispararon todas las respuestas posibles. A unos les pareció Jim Morrison, a otros El Che Guevara, a mi a Jonh Lennon en su recta final con los Beatles, y a otros Jesucristo. Vaya! que dispersión -me dije-. Lo curioso fue que los que dijeron Jesucristo, lo asociaron con su creencia o no en el catolicismo. Fin del cuento; la imagen era de Jesús. ¿Habría un mensaje subliminal en esas manchas? ¿Cuál era la Intención de nuestro profesor?.

Siento decir que no puedo inferir cosas objetivas sobre ello. Esto es, que no podría decir que lo que observamos en esas imágenes es siempre un comportamiento esperado. Además considérese el hecho de que tal observación en términos muestrales y de representatividad no hace posible que la pueda extrapolar a todo el conjunto societal. Lo que si puedo afirmar es que ocurrió y términos menos formales les puedo decir: que simplemente ocurre.

Y lo que ocurrió fue, que cada uno vio particularmente cosas, que lo más seguro es que tengan que ver con su historia, su vida, el momento, su estado de ánimo y el contexto. También estoy seguro que quien hizo el dibujo, y el profesor que lo mostró, lo hicieron con intencionalidad. Ahora, de lo que no estoy seguro es si ambos lograron lo que pretendían. La respuesta estaría inmersa en un extenso relativismo. En el caso de la Publicidad Subliminal sucede los mismo. Y antes de que me acusen -estos colegas separados de profesión más no en campo de estudio compartido- de erróneo, o manifiesten que el ejemplo no aplica porque es distinto o mucho peor: crean que trato de restarle sentido a su valioso trabajo, quiero decirles que intentaré mostrar que el éxito que puede lograrse desde la Publicidad como herramienta de Comunicación de Masas no viene exactamente ligado por el uso o no de mensajes subliminales.

Antes sería bueno que modestamente resolvamos el tema de qué es la publicidad subliminal. Hay una buena parte de países en los que se considera tal práctica como ilícita. Es posible que en otros, se le de más crédito o se le reste importancia. En el caso español, la Ley General de Publicidad la considera como aquella que por ser emitida con estímulos en el umbral de la sensibilidad no es conscientemente percibida. Y ésta, es a grandes rasgos la idea central. Aunque puede haber conceptos mejores que el expuesto, resulta interesante pensar que lo básico de este tipo de publicidad es que No es Conscientemente Percibida. Son mensajes ocultos y no nos damos cuenta de que están allí con mirarlos. No son las fotos que vemos, no es la forma de lo que vemos, tampoco lo son, los colores que vemos. Sino lo que está escondido con intención dentro de ellos.

Pero es bueno aclarar que cuando miramos u observamos las cosas que vemos, se nos vienen a la cabeza pensamientos que no tienen nada que ver con el mensaje escondido (si los hubiere) ni la intención de quien los produjo. De hecho hasta ahora no hay ningún estudio que pruebe que ello tiene efectos en el consumo. Lo que ha habido son especulaciones como la de James Vicary y sus seguidores y que como todo hecho noticioso es de dominio común.

Ahora bien, hay mucha gente que cree que lo subliminal tiene que ver con el mero hecho de que las empresas nos mantengan informados sobre sus productos, que pensemos en ellos y creo que lo peor: que compramos servicios o productos porque la publicidad nos empuja a ello. En todo caso nos lo sugiere y nos muestra sus bondades. Pero Nunca Nos Obliga. La compra de un producto o servicio es una Elección Personal.

Sin embargo no podemos negar ni mucho menos impedir que lo anterior se piense. Lo curioso del caso es que muchas de las personas que aúpan ésta -digamos matriz de opinión- creen que nacen con dones de jueces y que patéticamente presumen de ser capaces de apreciar lo bueno y lo malo, mucho mejor que el comprador o consumidor en cuestión. Al hacer tal planteamiento es violada la Elección (lo más sagrado de la decisión de compra). Pareciera que no se puede elegir, sino con consentimiento o aprobación de los otros. Hay gente que llega al extremo tal de recomendarte o convencerte de que tu compra o tu deseo, no es la elección correcta, sino la que ellos te proponen. Muchas veces por temor a ello, quien elige es temeroso al decidirse por las cosas que le gustan, que desea, que le llenan y por qué no, que le hacen feliz. Sólo por pensar en el que dirán. Quienes no logran sobreponerse a semejante ataque terminan comprando (eligiendo) cosas que no les gustan y cosas que complacen solamente el gusto de otros. Hacer esto es tan peor como el papel de los jueces evaluadores de nuestra elección.

Muchas veces suceden cosas paupérrimas como estas: por qué te compraste esos zapatos de marca, si son carísimos, con ese dinero te hubiera alcanzado para 10 pares más baratos; miren!! que plástica aquella chica, se operó la nariz y el busto, de seguro no tiene nada en el cerebro; Para qué un BlackBerry, si yo lo que necesito es llamar, y no aparentar que soy (supuestamente) más que los demás.

Sabemos que la lista de ejemplos puede ser interminable. Detrás de toda esta parafernalia tozuda disfrazada de supuestos amigos, hermanos y hasta familiares que nos quieren y que desean lo mejor para nosotros (cosa que no dudo, el tema es el irrespeto que causan sin intención, a nuestra sagrada elección) está descansando ese monstruoso argumento que la publicidad nos engaña como tontos y nosotros como tales; nos dejamos cosificar en lo que venden las empresas. En pocas palabras unos consumistas borregos y además empedernidos.

Finalmente lo subliminal es un concepto que dista de lo que mucha gente cree. Si le damos cabida a esa mal formación del término, deberíamos imaginar entonces, que la gente dejará de fumar, por las imágenes que ve en la cajetilla de cigarrilos.

Sobre nuestro Ilustrador


3 comentarios:

  1. Creo que la discusión es más larga, a ver si la damos...
    Mi caro amico, la verdad es que no entiendo el escrito, es decir, las cargas argumentativas que presentas parecen aludir a una deficiencia explicativa en el hecho epistemológico y no al tan debatido problema sobre si la existencia de la publicidad subliminal es eficaz como herramienta de venta; "comencemos por el principio", inicias comentando la clara consonancia que existe entre la vida de un sujeto y la interpretación de una mancha, y eso, a ciencia cierta, parece estar más cerca de una discusión de valoración gestáltica que de la publicidad, es decir, si eres militar y ves la mancha quizá veas unos soldados marchando, y si eres cristiano verás una cruz y si eres artista tendrás una valoración estética sobre la mancha, eso está claro, pero cómo sirve eso de argumento si rechazas el núcleo de la discusión, es decir, ¿si existe o no publicidad subliminal y más aún, si ésta es eficaz? de golpe y porrazo te saltas las consideraciones de Vicary o de cualquier otro, eludiendo con un muy poco elegante argumento, que más o menos se puede parafrasear así: “chicos están en lo correcto y su trabajo es valiosísimo pero están equivocados” y eso, amén de ser un tanto soberbio, es un viejo ardid argumentativo para decir lo que deseas decir y eludir el quid de la discusión.
    Pero más aún, en un momento del escrito traes como cita la legislación española y en ello parece haber un reconocimiento del Vicary y sus acólitos, pues cabe la pregunta ¿si la publicidad subliminal no existe para qué legislar sobre ella? ¿Para qué legislar sobre lo que no existe o sobre hipótesis no probadas? Es decir, legislemos sobre los marcianos que por ahí puede que estén... ¿no?
    Pero bueno, no me quiero extender sobre el punto para iniciar otro tópico, dices que el problema de la publicidad es el tutelaje en el proceso de elección de compra, y cito:
    “Al hacer tal planteamiento es violada la Elección (lo más sagrado de la decisión de compra). Pareciera que no se puede elegir, sino con consentimiento o aprobación de los otros”…” Hay gente que llega al extremo tal de recomendarte o convencerte de que tu compra o tu deseo, no es la elección correcta, sino la que ellos te proponen…”
    Y esto tiene dos problemas, por un lado no se distingue bien si hablas de toda la publicidad o si sólo es la publicidad subliminal, por lo que no se entiende cuando hablas de lo “sagrado de la compra”, ¿desde cuándo la compra es un proceso tan serio que merece ser llamado sacro? ¿O es una expresión hiperbólica que busca una exageración del hecho? , y por otro lado, no sé de dónde sale la idea de que la publicidad es sólo una manera de informar sobre uno u otro producto…. ¡Por dios! La publicidad existe para seducir, para influenciar al comprador, para ser instrumento del vendedor, y eso es lo que justifica los estudios de mercado, queremos saber qué piensa el comprador de tal grupo etario o de tal clase social… la publicidad y lo vendedores sólo seducimos la Libertad, con L Mayúscula, del otro, no imponemos, la decisión siempre es de la alteridad, más aún, jamás he visto que se publicite a través del miedo: “Muchas veces por temor a ello, quien elige es temeroso al decidirse por las cosas que le gustan”, si esto ocurre estaríamos hablando de chantaje y no de publicidad. No obstante, a pesar de que das ejemplo de que la publicidad influencia hasta el punto de confundir y atemorizar, en tu último ejemplo la situación se vuelve más confusa, hablas del ejemplo del fumador que no deja de fumar por la publicidad, entonces ¿sirve o no sirve la publicidad? Por un lado dices que influencia y atemoriza y por el otro lado me dices que no hace nada, la verdad Dago no entendí el artículo

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  2. Déjame ver si estoy entendiendo Dagoberto. Según el artículo entonces el publicista o agencia de publicidad no esta determinando nuestra acción de compra sino por el contrario simplemente nos enseña sus bondades y esta en nosotros el elegir que, cuando y como comprar? yo creo que esa es una concepción muy limitada de lo que la publicidad esta realizando en los ultimos tiempos, por no decir desde siempre. La publicidad históricamente ha calado en nuestras mentes, sugestionando nuestras intenciones desde su creacion con el único fin de crear una nosotros una efímera, pero real en el momento,, necesidad de adquirir algún tipo de producto. Esto puede ser visto a nivel de masas e individualmente. Soy de los que creen que estas ingerencias mentales obviamente se realizan a nivel individual buscando una "repetición" o repercusion por parte del comprador en las decisiones de los demás. Así creo yo que funciona y estoy seguro que cualquier empresa de publicidad entendiendo conceptos tan bàsicos como los de Elizabeth Noelle Newman y su Espiral del Silencio(todos terminamos haciendo lo de la mayorìa, asi no queramos), se sentirá satisfecho con haber logrado crear la necesidad, convencer a esa persona que en efecto necesita cierta cosa y ademas lograr que sea eco de su producto, siendo este ultimo punto el mas importante para crear un efecto dominó, en una sola persona. Sin embargo, como siempre, muy bueno tu articulo y sobre todo entretenido...

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