viernes, 4 de marzo de 2011

Por Qué el Individualismo no es Egoísmo: Xat amb Nur (II)

El Liberalismo o la Oposición al Poder Constituido y La Teoría de la Acción Humana

El mayor problema del liberalismo proviene de su interpretación, que en un mundo donde existe el predominio global de los ideales de solidaridad y justicia social, hace unidireccional su análisis porque hay gente que sólo quiere mirar con los lentes del colectivismo. También hay mucha gente -y me incluyo- que no sabe no sabe exactamente de que va el Liberalismo por un lado, y por otro, duda de que sea un sistema viable. Ello dificulta su defensa.


Pero, ¿de qué trata esta postura ideológica tan desprestigiada que privilegia al individualismo? R. Cubbedu nos habla de “ una teoría y una praxis para el CONTROL y la REDUCCIÓN DEL PODER, que parte de la constatación que los INDIVIDUOS, aun teniendo los mismo Derechos, son naturalmente Diferentes en cuanto dotados de un conocimiento limitado y falible” Esto resume que, al oponerse al poder, el gobierno como forma política no es de los hombres sino de las leyes. Con eso evita la personalización del poder, o la atribución del mismo de manera ilimitada a una determinada clase gobernante. La igualdad, aquella que defiende tanto el colectivismo como suya, nos es una ocupación ni aspiración del Poder Político sino de los ciudadanos que se realiza en la Ley. Es así como la tripartición del poder constituido juega una pieza fundamental.


Así pues, las demandas que necesiten reglarse, vienen por igual, desde la esfera política como desde la esfera civil- individual y quienes se encarguen de hacer las leyes no pueden acogerse a intereses político-partidistas y económicos, por aquello de que el sistema legal es independiente. En este sentido se hace la observación de que las leyes no se hacen para alcanzar fines especificos propuestos por los políticos, sino para proporcionar un orden en donde los diferentes fines subjetivos de los individuos puedan alcanzar la armonía y convivencia con reglas generales.


Entonces es la Ley y no el poder político la que garantiza la única forma de superar las desigualdades naturales. El resultado es que las libertades individuales por sí solas, se convierten en el interés común (léase bien, el Interés y no el bienestar) y no a la inversa. El ideal a alcanzar entonces es que, el mejorar las cosas como nos parece, deba desarrollarse en un marco legal que promueva la capacidad de elegir en condiciones de libertad.


Hasta aquí, vamos bien con la explicación de lo que es el Liberalismo que no hay nada de NEO. Pero queda un asunto pendiente: El mercado y el sistema capitalista. Debo advertir que no son una dimensión exclusiva del sistema liberal aunque le es consustancial. Está demostrado que el mercado puede convivir y sobrevivir, en sistemas cerrados y totalitarios, como en el Fascismo y el Comunismo u otra versión colectiva. Esto distorsiona el sistema societal de manera tal que genera demasiadas asimetrías, por cuanto quien regenta el poder político es quien más se beneficia de las bondades del mercado. Pero, esa es una discusión que dejaré para otro artículo.


Cerrando la idea vemos que el Historicismo nos hace peones de un sistema y en consecuencia nada hay que hacer para cambiar el destino. El Liberalismo por contraparte, piensa que los protagonistas de ese destino son los individuos y que son sus Acciones Humanas las que lo hacen cambiar. Por ejemplo, la explicación de la Pobreza de una postura a otra puede variar en que una, sea causa de la explotación de un sistema burgués y en otra la causa y producto de las decisiones que han tomado los individuos.

Debe quedar claro, que en el sistema Liberal, no se premia el mejor esfuerzo ni la mejor motivación, sino la mejor solución a un problema, es por ello que supera a cualquier forma de colectivismo en la efectividad para resolver situaciones. Desde el historicismo esos problemas provienen de sistemas, clases, Líderes, o algún orden constituido que le son externos al individuo, lo cual le dispensa de sus acciones individuales erróneas. Por ejemplo, no entré en la Universidad porque allí entran los hijos de los ricos; no tengo un buen trabajo, porque contratan a los menos capaces y les pagan menos; la chica que me gusta, no me para, porque hay que tener coche y dinero.


¿Y dónde está la postura Egoísta? Mejor lo plantearlo así: ¿La solidaridad con los desposeídos?, ¿la humildad o la justicia social, en dónde están? Precisamente la ceguera que causa el historicismo al confundir al individuo como un depredador a quien sólo le importan sus fines, extermina, la creencia de que en un sistema liberal sea posible la sensibilidad social. El tema es que estos valores se entienden diferentes. Por el ejemplo el DAR, ser HUMILDE y ser SOLIDARIO, debe provenir de la voluntad individual (bien sea por una exigencia religiosa que se practique o por una responsabilidad moral ante nuestros semejantes), pero nunca porque alguien la reclame para sí o para otros como un derecho. ¿Y qué hay de La Pobreza?. Que es evidente que existe, resulta demoledor mirarla de esta manera: que hay personas mucho más prosperas que otras por el tema de que todos somos diferentes y resolvemos nuestros problemas con múltiples soluciones y en distintos escenarios; algunas soluciones son (y siempre serán) más efectivas que otras. Ahora bien, ¿cómo hacemos esto? pues con un sistema legal que garantice con las mismas condiciones y oportunidades la posibilidad de superar o no a tan perverso mal humano. Pero nunca porque un sistema privilegie a unos más que a otros y menos porque sean de la clase política gobernante. Por lo demás hay gente que es feliz sin dinero y sin bienes materiales.


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