viernes, 5 de marzo de 2010

El Inmerecido Odio a la Empresa Capitalista (Parte I)

A Manera de Intro…

Un rasgo distintivo de las filosofías colectivistas, mejor conocidas como el socialismo; la izquierda, la centro izquierda y el comunismo entre otras; o cualquier modelo de explicación que sugiera siempre “que está a favor de los desposeídos o más necesitados ”, “la igualdad entre hombres” y que frecuentemente hace uso de la “crítica”, que no aplica para sí, antagónicamente como herramienta destructiva, -sólo para atacar- han sido las encargadas, desde la revolución industrial o desde la aparición de la “riqueza fruto del trabajo honrado” (que no es lo mismo que robarla o conseguirla por métodos amorales) de aterrorizar a buena parte de la humanidad, haciéndoles creer, que la empresa capitalista es una unidad de explotación del hombre por el hombre. Y que, la riqueza es producto de la más vil humillación, enajenación y alienación que sufren los hombres. Hoy, a un poco más de tres centurias, de intentar sin fruto alguno, continuar con el terrorismo hacia tal fenómeno social son muchos los movimientos herederos de esas ideas. Suele agrupárseles en su forma más radical, como los llamados colectivos antiglobalización.

Gran parte de la explicación de la pobreza y el hambre que aún persiste en el mundo es explicada a través de estas doctrinas. Además con ellas perpetúan lo que por contrasentido luchan por abolir: La Pobreza. Ello hace que una buena parte de países, ya sea por mezquindad, por miedo o por “convicción no probada” buscar otros caminos distintos al Capitalismo y al Liberalismo. Hay países que difunden con fuerza bruta y con terror, suspuestas perversidades de la empresa capitalista, tienden de muchas maneras, siendo la más usual el Colectivismo, a cercenar las nobles "iniciativas creadoras individuales" que son las que generan la riqueza, el trabajo, los tributos y por ende el bienestar colectivo. La Empresa (sobre todo la que lo hace seriamente) asigna a cada quien un puesto dentro de su estructura, de acuerdo a las habilidades y capacidades de los seres humanos. Ello, cuando se hace con constancia y perseverancia tiene como resultado principal que la Prosperidad, la Riqueza y la Felicidad. Además indirectamente y sin buscarlo permite asignarle a cada uno de los ciudadanos un estatus social dentro de ese gran tejido social que llaman: La Sociedad.

Los países que no han adoptado el modelo anglosajón de economía haciendo dupla con el Liberalismo son precisamente en donde existen aun problemas sociales que ya el Capitalismo venció. Los mismos presentan rasgos como a lo que el mismo Marx denominó: sociedades triviales o de comunismo primitivo. Es decir, y visto a la luz del desarrollo hoy, existen unas sociedades totalmente atrasadas en los todos los sectores productivos, sin posibilidad de generar empleo, en donde se violan y se cuartan las más simples libertades. Y en donde la riqueza (sobre todo si es ajena) es el más deseado y predilecto premio de los saqueadores estatales que roban (enanejan?) en forma de tributos injustos e inexplicables o por medidas legales (a nombre de las mayorías a veces  o muchas irresponsables) que apuntan a su minimización o desaparación de la Empresa.

La riqueza tomada y que en algunos casos expropiada con leyes inventadas a medida, sólo ha servido para enriquecer, a quienes nunca han podido obtener el dinero por la vía honrada que ofrece el capitalismo (única vía de hacerla legitimamente), sino que se hacen funcionarios públicos y echando mano del dinero de otros, hacen su propia fortuna. Ése es el método predilecto de hacer riqueza fácil y sin trabajar que conocemos como la Corrupción que es igual a robar. Ello hace del aparato del Estado, ese que detentan y que tanto defienden como el proveedor de igualdad, un ente desprovisto de la institucionalidad más básica para atacar las más simples necesidades humanas.

El hecho más triste, espeluznante y devastador es que buena parte de quienes se hacen eco de esas posturas filosóficas, son quienes más disfrutan de las bondades, los adelantos tecnológicos, y la buena vida que otorga el capitalismo y el Liberalismo. Algo muy mezquino por cierto hacerlo delante de quien no puede. Todos los burócratas que supuestamente practican la igualdad, viven mejor que el resto de toda la población que gobiernan. No tienen que trabajar para hacer riqueza. No saben lo que es sudar el dinero ni calcular si el mismo, alcanza o no, para el fin de mes. De hecho como tales, tienen cuentas bancarias “sin límite de gastos” para satisfacer cualquiera de sus caprichos, -eso si fuera de sus comarcas- en dólares o euros. También se rodean de poderosas corazas de guardaespaldas, que los alejan de las verdaderas necesidades de lo que ellos llaman pueblo. Viven como y de lo que tanto critican: viven como Reyes.

Esa vida que llevan con cierto resentimiento, ufanándose al criticar a los supuestos ricos, al que tiene, al que se compra ropa cara; burgueses de clase alta, o como usted quiera llamarle, son los mismos que dicen ser los más solidarios con los pobres, con los desposeídos, aquellos quienes sólo dan trabajo no por capacidad ni talento, sino por lealtad, amistad y/o sumisión.  Son éstos, los que más predican posturas filosóficas que no padecen. Eche un vistazo a todos esos gobernantes que se hacen llamar socialistas, que cambian el nombre a sus países para llamarlos repúblicas populares o democráticas, que cambian a cada rato constituciones y se otorgan poderes infinitos para gobernar . Eche especial vistazo, a quienes acceden al poder por métodos antidemocráticos y a los otros que lo consiguen con medidas populistas y dese cuenta que terminan gobernando hasta que la muerte les toca a su puerta. Ésos, que vociferan a través de las ideas, ser justos y enviados por Dios; pregúntense quiénes eran antes y qué son ahora. Ésos, son los mismos que pregonan con la mentira el odio a la empresa capitalista, causando ceguera a sus seguidores para nunca develar como obtienen la riqueza. Ellos son los menos indicados para predicar la Igualdad. Continuará…